Lo habitual es que los trabajadores, según se acerque la edad ordinaria de jubilación, piensen en cómo llevar a cabo esa jubilación e incluso en adelantarla. Sin embargo, en algunos casos es posible que el ciudadano, por diversas razones, quiera proongar su estancia en el mercado laboral y retrasar esa jubilación.
Es lo que se conoce como jubilación demorada, un mecanismo tan sencillo como el de, simplemente, seguir trabajando a pesar de que se haya cumplido la edad de jubilación ordinaria. Una decisión que tiene ‘premio’ para las personas que la eligen, ya que al margen del mantenimiento de las cotizaciones se otorgan recompensas al trabajador por cada año que se demore la jubilación.