Las pensiones de incapacidad permanente son, dentro del abanico de pensiones contributivas que concede la Seguridad Social, probablemente las más particulares debido a su propia naturaleza y a las dificultades que ostenta el proceso para determinar si el trabajador tiene derecho a ella.
El proceso de solicitud de una pensión de incapacidad permanente tiene unas fases concretas que no se dan en el resto de pensiones. De hecho, estas prestaciones se suelen decidir en un periodo mayor que el de otras como jubilación o viudedad. La razón es simple: hay que tomarse cierto tiempo para garantizar que el ciudadano tiene derecho a ella, es decir, reúne los requisitos para tener una incapacidad permanente.
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