La Seguridad Social ya avisó hace 22 años de los riesgos de usar silicosis y elaboró un informe para prevenir los riesgos laborales derivados de trabajar con este material. Además, multitud de decretos y otros informes posteriores destacan y ponen el foco en la prevención de enfermedades como la silicosis. Los afectados por esta enfermedad reclaman tanto al proveedor como a los talleres marmolista la falta de información acerca del uso y del tratamiento que se tenía que dar a los materiales. Empresas como Cosentino, Compac y hasta una compañía israelí Caesarstone se están viendo afectadas por una oleada de demandas.
La guía técnica para la evaluación y prevención de los riesgos relacionados con los agentes químicos en e trabajo, elaborada por el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social, defiende en su artículo 5 que será el empresario quien garantice “la eliminación o reducción al mínimo del riesgo que entrañe un agente químico peligroso para la salud y seguridad de los trabajadores durante el trabajo. Para ello, el empresario deberá, preferentemente, evitar el uso de dicho agente sustituyéndolo por otro o por un proceso químico que, con arreglo a sus condiciones de uso, no sea peligroso o lo sea en menor grado”. Según dicho artículo la responsabilidad recae en el empresario, y por lo tanto, es quien debe informar y aportar las medidas de prevención y protección necesarias. Así, la sentencia del juzgado de Vigo es clara y asegura que “Cosentino era conocedor, al menos desde el 2000, de los riesgos y peligrosidad que conllevaba la manipulación del Silestone, y actuó de forma negligente al no facilitar información a sus clientes”.